El nombre Ayahuasca proviene del idioma Kocha y puede traducirse como "vid de las almas" o "vid de los espíritus".
Una infusión de Ayahuasca se hace cocinando una mezcla de diferentes plantas, típicamente compuesta por Banisteriopsis caapi, una enredadera que contiene alcaloides beta-carbolina, y Psychotria viridis, un arbusto que proporciona la triptamina DMT.
Usada en un ritual tradicional, la Ayahuasca se considera sagrada y una poderosa medicina para el tratamiento de una variedad de dolencias físicas, mentales, sociales y espirituales. En la actualidad, un número creciente de estudios aportan pruebas de los beneficios psicoterapéuticos de la Ayahuasca.
Estudios preliminares indican que el uso de Ayahuasca en un ambiente ritual y/o terapéutico con preparación física y mental por adelantado puede ayudar en la terapia mental. Por ejemplo, la Ayahuasca ha demostrado ser efectiva en el tratamiento de adicciones a sustancias, depresión persistente y como herramienta para mejorar el bienestar mental. Al igual que con otras sustancias psicodélicas, los efectos terapéuticos de la ayahuasca se mantienen después de que los efectos farmacológicos agudos hayan disminuido (resplandor residual).
Además, estudios in vitro han encontrado que los principios activos de la ayahuasca promueven la neurogénesis y, según hipótesis preliminares, también protegen los tejidos a través de un efecto terapéutico antiapoptótico, proneurotrópico y antiinflamatorio.