MDMA fue desarrollado originalmente en 1912 por Merck. Más tarde se usó para mejorar la psicoterapia en la década de 1970 cuando se volvió muy popular y luego se convirtió en una droga callejera en las fiestas de baile y raves de la década de 1980.
En la actualidad, la MDMA no tiene indicaciones médicas oficialmente aceptadas. Antes de que fuera ampliamente prohibido, se usó en psicoterapia principalmente en la década de 1970 luego de la defensa de las drogas psicodélicas de Timothy Leary, que ganó impulso con el movimiento de contracultura. En 2017, la FDA de los Estados Unidos aprobó una investigación limitada sobre la psicoterapia mejorada con MDMA para personas que padecen trastorno de estrés postraumático (TEPT), alentada por la evidencia preliminar de resultados positivos.
MDMA mejora la actividad de tres sustancias químicas del cerebro: la dopamina, que produce un aumento de la energía; norepinefrina, que aumenta la frecuencia cardíaca y la presión arterial; y serotonina, que afecta el estado de ánimo, el apetito, el sueño y la excitación sexual. El aumento de los niveles de serotonina probablemente sea la causa de la cercanía emocional, el estado de ánimo elevado y la sensación de empatía que se experimentan bajo la influencia de la MDMA.
