El peyote tiene una tasa de crecimiento más lenta que la mayoría de los cactus y requiere muchos años (décadas) para alcanzar la madurez y florecer. Los especímenes de cosecha propia pueden florecer después de 5-7 años.
Las excavaciones arqueológicas en el sur de los EE. UU., México y Perú revelaron el uso ceremonial de cactus que contenían mescalina durante más de 6000 años. La mescalina es una sustancia común que se encuentra en una variedad de cactus, siendo el peyote el que presenta el contenido más alto. El uso del peyote estuvo muy extendido en todo el Imperio Azteca y el norte de México hasta la conquista española, que limitó su uso ceremonial por motivos religiosos. Hacia fines del siglo XIX, el uso del peyote se extendió entre los nativos americanos del norte.
La mayor parte de la mescalina del peyote se encuentra en la parte superior de la planta denominada "botón", que se consume seca o en infusión. Se ha demostrado que el peyote ayuda en la resolución de problemas, mejora la creatividad y la conciencia, y mejora el aprendizaje. Tradicionalmente se utilizaba como planta medicinal para tratar diversas dolencias, como dolores, heridas, afecciones de la piel y mordeduras de serpientes.